Los esfuerzos que se suman día a día desde diferentes plataformas, asociaciones, organismos públicos, gobiernos, etc… con el fin de concienciar a la población y empresas de la necesidad imperiosa de respetar el medio ambiente, están testimoniando los resultados.
Podemos ver como cada vez más países potencian el uso de fuentes de energía sostenibles, como la sociedad demanda soluciones de ahorro y uso eficiencia de la energía y cómo las empresas “pelean” por ofrecer servicios y productos en esta línea.
Las energías renovables ya forman parte íntegra de la psiquis de la sociedad, algo impensable hace tan sólo 15 años, cuando nos sorprendíamos cuando veíamos un aerogenerador o un parque fotovoltaico y que un panel solar térmico nos parecía algo extraordinario.
Las energías alternativas y sostenibles claman cada vez más un mayor protagonismo dentro del mix energético de generación de los países y la reducción del precio de este tipo de proyectos (consecuencia inmediata de la evolución de la tecnología) ha propiciado el autoconsumo residencial y comercial.
Es innegable el crecimiento de la potencia instalada a nivel mundial que bate récords cada año, por lo que todavía no da síntomas de madurez, sin embargo… ¿Es suficiente el ritmo de crecimiento para paliar los efectos nocivos del calentamiento global?
La DNV GL emitió el reporte Energy Transition Outlook: Power Supply and Use report (informe de suministro y uso de energía en español) en el cual reconocía que la transición energética hacia energías limpias a nivel mundial estaba avanzando más rápidamente de lo que en unos años atrás se esperaba.
Y es que a pesar de lo anterior, el informe también afirma que si se quiere limitar el crecimiento de la temperatura anual a final de siglo por debajo de los 2 grados centígrados, el ritmo de penetración de las energías alternativas no es suficiente.
Según el mismo reporte, si la proporción de “descarbonización” continúa como hasta ahora (la cual se considera positiva), a final de siglo la temperatura será de 2,4 grados centígrados superior a la actual, es decir, mayor al objetivo de no superar los 2 grados Celsius.
En este orden, la DNV GL advierte de que, para cumplir con los objetivos climáticos fijados para el 2030 en la Cumbre de París, la capacidad en potencia fotovoltaica instalada debería aumentar 10 veces hasta los 5 TWp.
¡ASÍ QUE, EL BOOM ES TOTALMENTE NECESARIO!
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